miércoles, 18 de junio de 2008

Un día, todos los días!

Escucho sonar el despertador, marca las 5:30 de la mañana, mi cuerpo se niega a levantarse pero mi mente lo obliga sin escucharlo. Voy hasta el baño: me lavo la cara, me cepillo los dientes, me peino. Vuelvo al cuarto y me visto en silencio para no despertar a mi señora.

Voy a la cocina, me preparo el desayuno, mientras miro las noticias de la mañana, el transporte, la temperatura, termino mi desayuno, busco mis cosas y salgo después de abrigarme a la calle…

Tengo que caminar unas 10 cuadras hasta la parada del colectivo. No tengo auto, el año pasado tuve que venderlo para saldar unas deudas. Ahora ya no puedo ahorrar para comprar otro.

Subo al colectivo que llegó algo tarde. Va muy cargado de gente, como siempre.

Ya son las 7, en casa mi mujer y mis hijos se deben estar preparando para ir al trabajo y al colegio, por suerte su camino es algo más corto.

Llego al trabajo, un poco tarde como sucede algunas veces, problemas en el tráfico hicieron que el viaje se retrasara, las cuadras hasta mi trabajo las hice casi corriendo.

Entre hice lo de siempre.

Son las 8 salgo del trabajo. Ya está oscuro. Quiero llegar a casa, camino presuroso hasta la parada por el miedo a que me roben. Ya lo han hecho varias veces.

Llego justo antes de que pase el colectivo, sino la espera hasta el próximo es de 30 minutos. Viajo parado y apretujado como en la mañana. Bajo a diez cuadras de casa, otra vez voy a las corridas, el camino a esa hora no es agradable.

Llego a casa, entro, mis hijos están como siempre en sus cuartos, mi mujer en la cocina. Mis hijos crecieron tan rápido, me perdí tantos momentos con ellos. Mi mujer se ve cansa, trabaja y además se hace cargo de los nenes y la casa. Me gustaría que tenga menos responsabilidades a su cargo. La ayudo en lo que puedo con la casa, pero casi ni estoy en ella.

Cenamos en familia, con la televisión hay poca charla, nos sumergimos demasiado en ella, casi sin darnos cuenta. Me baño y me voy a la cama, ya estoy muy cansado. Todos estamos en la cama.

Mañana… mañana será otro día igual.

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