viernes, 1 de abril de 2016

Silentium

Ya no sé para qué seguir hablando. Si cada palabra es un fracaso.
Guardar silencio, quedarse quieto.
Para qué seguir luchando?
Si cada movimiento parece estar errado.
Para qué seguir mirando?
Si esos ojos no ven más que espanto.
Si no hay futuro, si cada momento es sólo fiasco.
Si no es tu vuelo el que estás esperando.
Abre los ojos, tu alegría siempre estará en otro lado.

domingo, 7 de febrero de 2016

Rivales

Vivimos una continua batalla. Cometimos errores muy grandes y cada día me siento más lejos. Es una batalla fruto de no entendernos y no perdonarnos. Fue mi error perdonarte el pasado, fue un error creer poder controlarlo. Ahora nos sumergimos en un lodo que nos ahoga, que nos pisa y nos destruye. Porque mi confianza se rompió hace rato y por más que intenté no pude repararlo.
Me acusás de ser una desconfiada, lo entiendo, pero yo también puedo acusarte, aunque ahora no tengo ganas. Y estamos cerca, sufriendo una lejanía mortal, porque ya no puedo entenderte, ni vos me podés entender a mí. Y sólo me queda una lista de porqués sin resolver, mientras se desata otra batalla, pero esta vez interna. Solo me queda un sentimiento destrozado, un mirar hacia atrás y no entender qué hago caminando en estos pasos. No entiendo tu orgullo, como vos no entedés el mío.
Una batalla sin sentido, que se libra cuando creemos ganar la libertad y la paz, porque queda residuos que nunca se dejaron aclarar y porque quedan actitudes que nunca se podrán aceptar.

viernes, 30 de octubre de 2015



Mentiras y fantasías rodeaban mi rimbombante ingenuidad. Creí la mentira, mientras sangra por la verdad. Reían a mis espaldas, cantaron sus orgullos, amenazaron mi dignidad. Me dieron dolores por sinceros abrazos y eternos llantos. Dijeron caprichos y lloraron hipocresía frente a mi miedo. Me hablaron sin ojos, cuando intente mirar. Me regalaron espinas cuando creía en los pétalos del rosal. Me dieron heridas que no dejan de sangrar.

martes, 25 de agosto de 2015

CANTO - Alejandra Pizarnik

el tiempo tiene miedo
el miedo tiene tiempo
el miedo

pasea por mi sangre
arranca mis mejores frutos
devasta mi lastimosa muralla
destrucción de destrucciones
sólo destrucción

y miedo
mucho miedo
miedo.

sábado, 18 de julio de 2015

Unforgiven



Sweet and bitter melodies
                Porque desde el comienzo fueron dulces y agrios los encuentros, porque era un verte y saberte en otro mundo, porque era escucharte y saberte en otras historias.
                Aceptamos los desapegos tempranos y sufrimos las consecuencias futuras: las mentiras, las dobles vidas. Acepté caminar hacia la nada y encontrarme con mis propias miedos y mis propias paredes, pero seguí caminando, golpeada y desgastada y quizás estos sean los gritos de furia, los gritos de angustia de un pasado que no puede ser perdonado, porque siempre elegiste otros brazos, siempre elegiste otras sonrisas y siempre elegiste otras historias. Tiempo al perdón que pensé posible, necesito ese tiempo para entender el por qué de tus disfraces y el desprecio de doce meses de agridulces besos.

martes, 23 de junio de 2015



A veces esa sensación se vuelve un continuo, un recurrente entre dos. Ya no espero nada, no espero que cambie esa sensación que ahoga los momentos que se van hilando uno a otro, que van continuando estos días, que, en inercia innecesaria, se caminan sin haber entendido todavía el por qué de los sucesos y el por qué de los olvidos; o quizás, no haya un olvido, sino una negación a toda forma de pasado, a toda forma que se dibuja en el presente, sin notar las repeticiones, las reiteraciones, la reincidencia a lo muerto, a lo perdido, a lo poco valorado, a la destrucción, al olvido por conveniencia, a la ceguera momentánea del desprecio, de la mentira, de las trampas, de la fábula en que se ha convertido tu vida.

sábado, 6 de junio de 2015

De qué sirven...?



¿De qué sirven tantos sacrificios, cuando no tenés con quién compartir tu triunfo?
¿De qué sirven tantos caminos, si siempre que duermes estás solo?
¿De qué sirven tantas lágrimas, si no hay abrazo que te acompañe?
¿De qué sirve tanto cariño, si no hay nadie a quien querer?
¿De qué sirve mi boca, si no hay nadie para esbozar la sonrisa?
¿De qué sirven mis manos, si se empecinaron a estar solas y sueltas?
¿De qué sirve  mis ojos, si no hay un reflejo en la mirada?

domingo, 31 de mayo de 2015

Burning desire



I drive fast, wind in my hair
I push you to the limits
‘Cause I just don’t care
Burning desire, Lana del Rey
Te conocí un sábado frío de Recoleta. No esperaba que me sucediera nada, no tenía nada premeditado. Te conocí, hablamos, me gustabas. No esperaba poder llevarte en mi auto ese mismo día, tenerte al lado mío, sentirte como lo hacía, porque a pesar de que no teníamos contacto, me gustabas, te sentía, me atraías. No esperaba que me escribieras, no esperaba ese día de sol, tus manos rosando mi pelo, mi piel, sentirte, saborearte. No esperaba que todo sucediera tan rápido, tan mal, o tan bien, porque ya no sé que estaba mal o que estaba bien, porque todavía no puedo entender todo lo que pasó en menos de un año. La euforia con que me escapaba de noche para verte. No dormir, no descansar de vos. Siempre escapando de los otros, de tu otra vida, de esa vida que debías ocultar. Saboreé lo prohibido de las noches frías, ilegales. Siempre supe de tu distancia y supe aceptarlo. Me golpearon tus palabras cuando pediste más, temí, pero me arrojé. Cuando empecé a sentirme cerca, tranquila, todo pareció estallar. Desapareciste, te incineraste y la vida me golpeó fuerte. Me golpeó tan fuerte como ese sábado 31 de mayo en que me dijiste hola, soy Jonathan.