domingo, 31 de mayo de 2015

Burning desire



I drive fast, wind in my hair
I push you to the limits
‘Cause I just don’t care
Burning desire, Lana del Rey
Te conocí un sábado frío de Recoleta. No esperaba que me sucediera nada, no tenía nada premeditado. Te conocí, hablamos, me gustabas. No esperaba poder llevarte en mi auto ese mismo día, tenerte al lado mío, sentirte como lo hacía, porque a pesar de que no teníamos contacto, me gustabas, te sentía, me atraías. No esperaba que me escribieras, no esperaba ese día de sol, tus manos rosando mi pelo, mi piel, sentirte, saborearte. No esperaba que todo sucediera tan rápido, tan mal, o tan bien, porque ya no sé que estaba mal o que estaba bien, porque todavía no puedo entender todo lo que pasó en menos de un año. La euforia con que me escapaba de noche para verte. No dormir, no descansar de vos. Siempre escapando de los otros, de tu otra vida, de esa vida que debías ocultar. Saboreé lo prohibido de las noches frías, ilegales. Siempre supe de tu distancia y supe aceptarlo. Me golpearon tus palabras cuando pediste más, temí, pero me arrojé. Cuando empecé a sentirme cerca, tranquila, todo pareció estallar. Desapareciste, te incineraste y la vida me golpeó fuerte. Me golpeó tan fuerte como ese sábado 31 de mayo en que me dijiste hola, soy Jonathan.

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