sábado, 30 de agosto de 2014

Los hilos

Susana esperaba con ansias volver a ver a Guillermo regresar de esa tierra, esa tierra austral y perdida que lo había llamado entregar sus fuerzas. Guillermo tuvo que viajar por tierra, aire y mar para luchar por la Patria que lo demandaba.
Susana esperaba en aquel pueblo perdido en el gran Buenos Aires, entre sus hermanos, su trabajo y tejiendo, tejiendo para que el tiempo pasara más rápido, para que la ausencia de su novio no se sintiera tan fuerte como ella pensaba. Guillermo luchaba, armaba terrenos minados y escribía su diario en las noches de lluvia dentro de su trinchera.
Pasaron los días; pasó el cumpleaños de Guillermo en la trinchera, soñando con estar en su casa, festejando otro año más. Pasaron las semanas y el tejido de Susana seguía creciendo y creciendo. Pasaron dos meses, Guillermo regresó a Susana; el tejido quedó perdido para siempre, ya nadie se acordaba.

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