lunes, 18 de agosto de 2008

Fragmento.

No lo escuchó entrar, se sobresaltó al sentir su mano fría y tersa en su hombro. Giró lentamente para encontrarse con esos ojos, tan brillantes, tan perfectamente enmarcados por esas gruesas y largas pestañas, su piel blanca, sus labios rojos.
Sintió que rodeaba su cintura con los brazos, la presión contra su cuerpo.
No dijo nada, de todas formas no importaba, él ya lo sabía…
Acercó su boca al cuello, penetrando con sus colmillos la joven piel. Un gemido, sintió correr la sangre por su boca, apretó más su cuerpo contra el de ella, sintió su sabor, su calor, su respiración agitada…

Fragmento de hace mucho tiempo.

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