Descendente

Quizás sea la melodía de la gaita

mi adicción a tu piel

mis miedo de soltar tus manos

o los recuerdos de tu desnudez

quizás sea este irse a la nada

por nada perder

por nada tener

o ese frío que espanta

quizás sea la eterna lucha

mis manos temblando

mis ojos escapando

o mis inseguridades resonando

Quizás sea tu voz, tu negación

por no aceptar un no

por no soltar a este otoño sin sol

o un invierno aterrador

Todavía recuerdo tu mirada mientras me besabas los pies entre las sábanas. Recuerdo la forma infantil con la que jugabas conmigo mientras veía dibujarse en tu cara esa sonrisa. Tu sonrisa, verte sonreír, solo me basta. Quién pueda hacerte sonreír así otra vez, como un niño que aprende a andar en bicicleta. Tu carcajada, un poco neurótica, a través del teléfono. Tu voz tranquila acompañando mi adormecimiento. Tu boca pronunciando mi nombre. Tus manos juntándose con las mías. Quién pudiera verte feliz, quién pudiera hacerte feliz, sin reproches, sin luchas. Quién pudiera verte feliz, entender tus razones, aceptar tus razones. Quién pudiera llevarte de la mano, soltarte cuando es necesario, cuando desees volar, cuando decidas volar.

Inconsciencia sentimental

Tú me encadenas

y me entrego libre a la condena

Tú me censuras

y pierdo la seguridad de mi boca

Tú me encegueces

y pierdo la estabilidad de mis pisadas

Tú me ensordeces

y ya no escucho la verdad de mis palabras

Tú me destruyes

Tú me corrompes

Tú me desarmas

Día de la Mujer

Tu modo de silenciarte en el poema.
Me abrís como una flor
(sin duda una flor pobre, lamentable)
que ya no esperaba la terrible delicadeza
de la primavera. Me abrís, me abro,
me vuelvo de agua en tu poema de agua
que emana toda la noche profecías

Alejandra Pizarnik en el día de la mujer

Hoy te conformás con el vacío, con el engaño, con el desprecio. Hoy te conformás con ser la carne del lobo, vivir sin sueños, caminar sin sentido, sin proyectos. Hoy te dejás engañar aunque veas la realidad, te negás a aceptar por no volver el tiempo a la soledad.. Te conformás con palabras vacías, de ornamento, con confite mugriento. Te conformás con besos de otros, caricias ajenas, abrazos robados. Te ahogas en tu llanto, te remordés en tus miedos, te lanzás al peligro, te negás tus seguridades, te cantás las ficciones. Vivís la bohemia vida, las noches francesas, los días de ausencia.