Las seis guardianas protegen los sueños de apego, los sueños de
manos cálidas, de abrazos eternos; protegen los enredos de sábanas, las piernas
entrecruzadas, las miradas de mañana; protegen los besos de buenos días, los
juegos casi infantiles; protegen el espacio donde el tiempo parece no pasar;
protegen los desayunos en la cama, los abrazos lentos, los besos rápidos, el
juego, los temblores, el descanso; protegen las manos entrelazadas, las
caminatas eternas, las noches de luna, las risas de confidencia.
Hablé con mis seis guardianas, les pedí que protejan mis sueños. Las
guardias tienen magia...