Viajar al país
de la música, sintiendo vibrar la sangre, las venas, la respiración. Viajar al
país de la música y empezar a respirar, después de tanto tiempo de ahogo.
Escuchar la vibración y soltar un suspiro que desencadene todo aquello que
estaba atorado y parecía nunca, nunca, querer despegarse.
Viajar para
descubrir, para asombrarse, para aprender, para vivir, para disfrutar y
experimentar. Viajar al país de la música para ser otra vez con todo tu ser,
para ser aquello que necesitabas soltar, romper, derribar.
Escuchar la melodía
y encontrarte, sentir las vibraciones y percibirte; dejarte llevar, dejarte
soltar, dejarte volar, dejarte soñar, dejarte sentir... sentir tu música
interior.
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