martes, 28 de octubre de 2014

Algo

noche que te vas
dame la mano
obra de ángel bullente
los días se suicidan
¿por qué?
noche que te vas
buenas noches

A. Pizarnik

viernes, 24 de octubre de 2014

Preguntas



¿Cómo pueden ser estas manos tan vacías?
¿Cómo pueden ser estos ojos apagados, este cuerpo abandonado?
¿Cómo puede ser este silencio estridente, que destruye mi mente?
¿Cómo pueden ser estos brazos vacíos, esta boca tan seca, este cuello tan níveo?
¿Cómo pueden ser los adioses tan fríos, las noches tan secas, los días tan blancos?

domingo, 19 de octubre de 2014

Viajando al país de la música



Viajar al país de la música, sintiendo vibrar la sangre, las venas, la respiración. Viajar al país de la música y empezar a respirar, después de tanto tiempo de ahogo. Escuchar la vibración y soltar un suspiro que desencadene todo aquello que estaba atorado y parecía nunca, nunca, querer despegarse.
Viajar para descubrir, para asombrarse, para aprender, para vivir, para disfrutar y experimentar. Viajar al país de la música para ser otra vez con todo tu ser, para ser aquello que necesitabas soltar, romper, derribar.
Escuchar la melodía y encontrarte, sentir las vibraciones y percibirte; dejarte llevar, dejarte soltar, dejarte volar, dejarte soñar, dejarte sentir... sentir tu música interior.

domingo, 5 de octubre de 2014

Fabricante de mentiras

Preciso es condenar al que se burla de nuestra moral.
Pero hay algo que nadie puede explicar:
¿por qué la niña ríe en vez de llorar?
Sui Generis

viernes, 3 de octubre de 2014

Sour Girl




She was a sour girl the day that she met me
(...)
She was a happy girl the day that she left me
Stone Temple Pilots, Sour Girl

Abrazar la soledad, como un blanco que envuelve los días. Abrazar el frío de las noches y el silencio de una llamada que no volverá a sonar, de una voz que no se volverá a escuchar. Elegir irse, alejarse, convertir los hechos en cuentos, en recuerdos. Oír el vacío de los días. Alejarse y renunciar al futuro, a los días programados que se quedaron sin desgastar. Reconocer que la historia no llevaba tu nombre, que no había historia para vos, solo fuiste el eslabón de una cadena que no pertenece a tu mundo. Ese mundo de ficciones, de sueños, de humo.