Déjenme dormir, durmiendo no me duele tanto
J.
Cortázar
Vivo la mentira
para engañar la soledad. Ya no te creo, ni espero que esto cambie, ni que te
apiades de decirme una verdad. No espero ser parte de un mundo que jamás me
perteneció, pero no quiero caer nuevamente en el poso blanco y eterno de la
soledad. Necesito calmar un mar de dolores con otro mal, porque eso es lo que
es, un conjunto de males que ahoga y entre tanto, sonrisas figuradas inventadas
de un mundo maravilloso, de días azucarados, tan fantásticos como el mundo de
las hadas y los dragones. La mentira se construye como castillos de humo que
envuelven las noches y terminan muriendo bajo el sol. La realidad me llama a la
puerta, golpea, me grita que todo es una mentira, pero esta niña de ojos
soñadores no quiere despertar, total, soñar que quizás pueda ser posible ayuda
a calmar, retener este frío que intenta penetrar.
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