martes, 24 de diciembre de 2013

Sagitta



Feet don't fail me now
Take me to the finish line
Lana del Rey

                Suspiró,  el cielo estaba particularmente hermoso esa tarde, buena forma de despedirse de todo lo que existía alrededor. Sintió un gran alivio en el pecho, un alivio merecido. Sintió un placentero estado y sabía que allí acababa todo, todo. Aflojó sus manos y fijó sus ojos en ese celeste perfecto.
                Ya no estaba allí esa punta dolorosa y cobarde que había penetrado en su piel, abriendo un camino rojizo sobre su pecho, invadiendo su interior desagarrando su fortaleza; ya no estaba esa infección que corroía su sangre y envenenaba sus pensamientos; ya no estaba ese frío glacial que invadía su cuerpo de sombras y miedos, ya no...
                Ahora estaba solo ella, el cielo y esa paz que invadía su ser, sus manos flojas invitaban al destino a esa entrega completa de su persona, ya no había lucha, no había resistencia ni presión. Ningún metal carcomía su interior, solo el pasto acariciaba su piel. Ya no se escuchaba ese chirrido insoportable, sino el silencio apacible y arrullador.

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