-Hacíamos el amor como dos músicos que se juntan para tocar sonatas.
-Precioso, lo que decís
-Era así, el piano iba por su lado y el violín por el suyo y de eso salía la sonata, pero ya ves, en el fondo no nos encontrábamos. Me di cuenta en seguida, Horacio, pero las sonatas eran tan hermosas.
Cortázar.
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