lunes, 15 de noviembre de 2010

Hablemos... claro...


Se puede pensar que sensaciones te da el estado. Escuchar una canción que te transporte inmediatamente a aquel momento que tanto apreciaste y esa misma canción estaba de fondo sonando como si los siguiera como si supiera lo que pasaba por dentro de ustedes. El estado en cuestión, te deja palpitando una necesidad y un vacio constante por llenar. El estado en cuestión te deja llorando por tonterías, por alegrías y por tristezas, te deja con cara estúpida mirando la nada misma y pensando mil formas de expresar lo que es estar allí. Un sueño, una sensación, un perfume, una palabra, un sonido constante zumbando en tus oídos, creer escuchar la voz, buscarla, acordarse de la mirada y la fuerza con que traspasa la carne llegando a lo más débil de cada uno. Buscar el estado en un pálpito físico, en sentirte volando aunque te hayan dicho miles de veces que ya deberías estar en el suelo. En seguir sintiendo cosquillas en la panza y, porque no, un dolor punzante en el medio del pecho. El miedo y la tranquilidad. El enojo y la alegría. El estado en cuestión…

No hay comentarios: