“Tal es el amor platónico: “delirio divino”, transporte del alma, locura y suprema razón. El amante está junto al ser amado “como en el cielo”, pues el amor es la vía que asciende por grados de éxtasis hacia el origen único de todo lo existente, lejos de los cuerpos y de la materia, lejos de lo que divide y distingue, más allá de la desgracia de ser uno mismo y de ser dos en el mismo amor.
El Eros es el Deseo total, es la Aspiración luminosa, el impulso religioso original elevado a su más alta potencia, a la extrema exigencia de pureza que es la extrema exigencia de Unidad. Pero la Unidad última es negación del ser actual en su doliente multiplicidad. (…) La dialéctica del Eros introduce en la vida algo completamente extraño a los ritmos de la atracción sexual: un deseo que ya no decae, que ya nada puede satisfacer, que hasta rechaza la tentación de consumarse en nuestro mundo porque sólo quiere abrazar el Todo. (…)”
Denis de Rougemont, "El amor y occidente"
No hay comentarios:
Publicar un comentario