domingo, 30 de agosto de 2009

14-10-95 / 29-8-09


Foto de Judy hace 4 años aproximadamente.








No me da vergüenza decir esto y sentir esto, no. Vos eras parte de esta casa y hace 14 años entrabas en ella por primera vez, eras tan chiquita que teníamos miedo que te escaparas por cualquier mini agujerito. Te entraba la ropa de cualquier muñeco mío y tu primer saquito fue una media q tuvimos que cortar porque todo era grande para vos. Dormías tapada y te subías a las camas para meterte entre las mantas.
Después te ganaste tu propia cuna (de mimbre) con almohadones y frazadita, dormías cerca de la estufa para no tener frío. En esa etapa en que me encontré sola y sin amigos, te bancabas que te hable toda la tarde como si fueras mi amiga y me pudieras contestar, me mirabas siempre con tus ojos negros.
Aprendiste muchas cosas, eras mañosa y siempre nos llorabas para conseguir lo que querías: estar en brazos, comer de nuestra comida y no del alimento balanceado, conseguir que mi tía te trajera caramelos y por eso te quedaste sin dientitos. Llorabas todos los inviernos a las 4 de la tarde para que te metamos tu cunita dentro y te tapemos porque afuera ya hacía frío. Eras huraña pero muy tierna también.
Esa puta enfermedad fue la que te llevo de nuestro lado, te voy a extrañar demasiado, ya no voy a tener a quién me saque las pantuflas cuando me siento en la silla, ni quién se ponga entre mis pantorrillas frotando su cabecita en busca de cariño. Tampoco voy a escuchar tu ladrido de alegría cuando vuelva a casa, ni que me salgas a recibir moviendo tu colita enroscada. Pero de eso no me voy a olvidar.

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